El tratamiento de drogodependencia se hace imprescindible cuando las drogas se integran en la vida de una persona, de tal manera que la organizan supeditando otras metas vitales como relaciones afectivas estables, mantenimiento de un trabajo, del nivel de estudios o acarreando problemas legales.
Investigadores de la Universidad de Huelva han desarrollado un trabajo que les ha permitido trazar una tipología de los adolescentes en base al consumo de alcohol y sus contextos de desarrollo que puede servir al diseño de programas de prevención y de promoción de la salud más efectivos.
El consumo abusivo de alcohol en la adolescencia se asocia a importantes consecuencias negativas y por tanto diversos programas e intervenciones se han desarrollado para tratar esta problemática.
Los jóvenes son uno de los grupos más vulnerables de la sociedad. Por una parte, su falta de experiencia no les permite tener un referente para conocer qué actos y actividades pueden resultar dañinos para ellos y por otra, la propia iniciativa, que no tiene freno durante esa etapa de la vida, les fuerza a experimentar con sustancias que pueden resultar totalmente dañinas para ellos.
El consumo de alcohol por los adolescentes produce graves efectos sobre su salud física, psíquica y social al no haberse completado su desarrollo y aumenta la probabilidad de ser dependiente del alcohol en la edad adulta.
El NIDA ha lanzado una campaña pública "Edúcate", como parte de su iniciativa para los adolescentes aprendan sobre la conexión entre el abuso de las drogas y la iniciativa del VIH. La campaña está diseñada para crear conciencia en esta generación sobre el riesgo real para la transmisión del VIH que conlleva el uso de drogas y motiva a los jóvenes a compartir esta información con sus compañeros para prevenir la propagación de esta enfermedad.
En los últimos años ha aumentado en España el consumo de cannabis problemático y "gravemente perjudicial para la salud" en adolescentes, que podría afectar ya a unos 83.000 menores de 14 a 18 años, que representan al 16 por ciento de los que lo han consumido en el último año y al 3,8 por ciento de todos los jóvenes de este grupo de edad, según datos del Plan Nacional sobre Drogas.