En un momento en que cada vez son más las muertes por sobredosis relacionadas con agonistas de los opiáceos increíblemente potentes, como el fentanilo y otras sustancias análogas, aumenta la presión para encontrar antídotos más eficaces.
Se suma a la campaña 'El tabaco rompe corazones' para concienciar de las graves repercusiones cardiovasculares de su consumo. El acto central de la jornada estará presidido por la consejera de Sanidad, tendrá lugar en el Paraninfo de la Universidad de Cantabria (UC) e incluirá la entrega de diplomas de la Red Cántabra de Centros Sanitarios Sin Humo.
España no vive una crisis por el abuso de opiáceos como Estados Unidos, pero sí que el diazepam y otras benzodiacepinas, los fármacos para tratar la ansiedad, se cuentan entre los medicamentos más consumidos. Su efectividad ha provocado que se banalice su uso, que se da en edades cada vez más tempranas, y que se olviden sus potenciales efectos secundarios.
El informe 'Global Statistics on Alcohol, Tobacco, and Illicit Drug Use: 2017 Status Report', con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) y el Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), ha revelado que, solo en el año 2015, el consumo de alcohol y tabaco costó a la población humana más de 250 millones de años de vida, mientras que las drogas ilegales como la cocaína supusieron una pérdida de apenas unas decenas de millones.
La Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (NeumoMadrid) ha avisado de que los nuevos dispositivos para fumar 'IQOS' son "igual de tóxicos" que los cigarrillos normales, ya que contienen una cantidad de nicotina similar, e igual de adictivos para quienes los consumen, por lo que "no sirven de ayuda" para abandonar el hábito del tabaquismo.
Resultados de la tesis doctoral leída en la Universidad Pública de Navarra (UPNA) por la psicóloga Sonia Esarte (Jaurrieta, Navarra, 1983), que confirman las cifras obtenidas en estudios previos de características similares, como que dos de cada tres pacientes consiguen el objetivo de abstinencia de alcohol tras el tratamiento.
El objetivo es tratar de desincentivar el elevado consumo de alcohol para evitar problemas de salud y de criminalidad. Los comerciantes cuentan que para ellos las pérdidas serán pequeñas. Es más, Linda Williams, propietaria de una tienda en Edimburgo, estima que la medida podría ayudar "a poner al mismo nivel los supermercados y los comercios independientes".