El 48,4% de los estudiantes de 14 a 18 años ha probado cigarrillos electrónicos, frente al 20,1% de 2016. Desde 2010, la percepción de riesgo del cannabis es menor que la del tabaco. El consumo de alcohol reciente desciende (del 67% al 58,5%), pero aumentan las borracheras en el último mes (el 24,3% frente al 21,8%). Por primera vez, la encuesta recoge el consumo de videojuegos: el 82,2% dice haber jugado a videojuegos en el último año. El uso compulsivo de internet se ha estabilizado en un 20%. El consumo de cocaína alcanza mínimos históricos: menos del 1% de los jóvenes reconoce haberla consumido en el último mes.
El consumo habitual de marihuana aumenta el riesgo de arritmias e ictus en la adolescencia, según han evidenciado dos estudios que se van a presentar en las sesiones científicas de la Asociación Americana del Corazón que se celebrarán próximamente en Filadelfia (Estados Unidos).
Los cardiólogos europeos han emitido una severa advertencia sobre los peligros de los cigarrillos electrónicos, especialmente para los jóvenes, ya que los resultados de una nueva investigación muestran el daño que causan al cerebro, corazón, vasos sanguíneos y pulmones. El estudio, que se publica en el 'European Heart Journal', la revista de la Sociedad Europea de Cardiología, también identifica algunos de los mecanismos involucrados, para los cuales hasta ahora ha habido información limitada.
La Confederación de Alcohólicos, Adictos en Rehabilitación y Familiares de España (CAARFE) conjuntamente con Socidrogalcohol, reivindican la necesidad de poner en marcha la ley del alcohol en el marco de la celebración del 'Día Sin Alcohol', para garantizar una protección real a colectivos de alto riesgo como son los menores de edad, las personas embarazadas, los conductores y las personas en proceso de rehabilitación, a través de medidas referentes a la comunicación comercial, etiquetado, política de precios y disponibilidad.
La mayoría de personas que fuman experimentan el craving o el deseo constante de consumir tabaco posteriormente. Sin embargo, este problema va más allá. ¿Qué debes saber al respecto?
Un estudio llevado a cabo en Reino Unido ha encontrado evidencia de que esta adicción aumenta el riesgo de trastornos mentales, pero también de que estos aumentan la probabilidad de fumar.
La vigorexia es una trastorno complejo que suele confundirse con adicción al ejercicio físico, aunque éste sea sólo una parte del mismo. En la vigorexia confluyen varios aspectos, como la imagen corporal, cambios alimentarios o factores relacionados con los trastornos obsesivos compulsivos.
La Organización Mundial de la Salud define adicción como una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. La adicción se caracteriza por un conjunto de signos y síntomas en los que se involucran factores biológicos, genéticos, psicológicos y sociales.