Como si le cosieran la boca a un comedor compulsivo, ése es el efecto que consigue el programa de deshabituación Nimrod en adictos a la heroína. La base del tratamiento son unos implantes que, colocados bajo la piel, liberan un fármaco que anula el efecto de la droga y, por tanto, el deseo de consumir. Por primera vez, un estudio español confirma los resultados de la terapia.
Las personas jóvenes que han crecido en contextos de desventaja estructural suelen encontrarse inmersas en circuitos institucionales marcados por vacíos asistenciales y carencia en el acompañamiento