Las autoridades sanitarias europeas han informado de un brote de hepatitis A en varios países de la Unión Europea, activo desde enero de 2025 y con transmisión de persona a persona. Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC), hasta el 21 de noviembre se han notificado más de 6.000 casos, principalmente en Chequia, Eslovaquia, Hungría y Austria.
La hepatitis A es una infección vírica muy contagiosa que se transmite por contacto directo con personas infectadas o por la ingesta de alimentos y agua contaminados. Aunque en la mayoría de los casos cursa de forma leve, puede provocar cuadros más graves en personas mayores de 50 años o con enfermedades hepáticas previas. Existe una vacuna segura y eficaz que previene la infección.
El impacto del brote varía según el país y el contexto social. En algunos territorios se han identificado más casos en personas que viven en situaciones de exclusión residencial o con dificultades de acceso a servicios sanitarios, así como en personas que consumen drogas. Las autoridades subrayan que estos factores no son causas en sí mismas, sino condiciones que pueden aumentar la exposición al virus y dificultar la prevención y el diagnóstico precoz.
El ECDC destaca la importancia de reforzar la vigilancia epidemiológica, facilitar el acceso a la vacunación y apoyar estrategias comunitarias de prevención. En este sentido, los servicios de reducción de daños, los programas de tratamiento de drogodependencias y los dispositivos de proximidad pueden desempeñar un papel clave para acercar la información, la vacunación y la atención sanitaria a las personas que encuentran más barreras en el sistema convencional.
Las autoridades sanitarias europeas continúan monitorizando la evolución del brote y recomiendan a los países miembros coordinar acciones para reducir su impacto y prevenir nuevos casos.



