En el mercado de drogas de Costa Rica, las mujeres suelen participar desde los márgenes, ocupando los eslabones más bajos y asumiendo riesgos que ponen su cuerpo en el centro de la transacción. Instrumentalizados por su capacidad de portar drogas y ser “penetrados” por el “producto de valor”, sus cuerpos sostienen transacciones y permiten la supervivencia en condiciones adversas, sin posibilidad de negociación.
A su vez, se genera un importante sesgo de género en la toma de benzodiacepinas al ser las mujeres y personas trans* las que consumen con más frecuencia estos fármacos
Frecuentemente escucho a diversas personas, sobre todo cercanas a la tercera edad, expresar sus preocupaciones por lo que consideran un aumento alarmante, en...
IntroducciónEl uso de sustancias adictivas constituye un grave y complejo fenómeno social, es un problema de salud directamente relacionado con la familia y...
Muchos psicoterapeutas han escrito sobre la paradoja del cambio. A veces, mientras más empeño se pone en él más parece alejarse, porque todo intento...
El artículo ilustra cómo muchos de los principios que rigen la actuación sobre drogodependencias (al igual que sobre otros problemas sociales y de salud...