Que fumar mata o que el humo de tabaco es peligroso para los que están alrededor del fumador es algo que (casi) nadie ya discute. Es un hecho admitido incluso por la industria tabaquera (aunque en su interpretación de los hechos, pretenda distorsionar la realidad).
El RD 1079/2002 (BOE nº 251 de 19-10-2002) modificó la normativa relativa a contenidos máximos de nicotina. alquitrán y monóxido de carbono de los cigarrillos así como el etiquetado y denominaciones de todos los productos del tabaco. Esta norma incorpora al reglamento jurídico español la Directiva 2001/377CE. Entre otras cosas, la norma afecta a la forma en que deben presentarse las advertencias sanitarias que obligatoriamente deben incluir los productos del tabaco (el 30 de septiembre de 2003 finaliza el plazo para comercializar los productos que todavía no las incluyan.
Estas advertencias (las esquelas les llaman algunos) no pasan desapercibidas ya que afectan a todas las unidades de envasado (cartón y paquete).Deben ubicarse en ambas caras del paquete y se presentan con texto en negrita con fondo blanco afectando a un importante porcentaje de su superficie. En esencia, las advertencias se hacen mas claras y contundentes y como no podía ser de otra manera, su nuevo estilo ha suscitado controversia.
La nueva presentación de las advertencias persigue hacer más visible lo que ya se sabe e incorpora nuevos y claros mensajes sobre el riesgo que fumar conlleva para fumadores voluntarios e involuntarios y los beneficios que se derivan de su abandono. También recoge la nueva norma los contenidos máximos de Nicotina (1 mg) alquitrán (10mg) y monóxido de carbono (10 mg).
La industria tabaquera ha interpretado la norma a su favor y ha introducido el margen negro exigido en el porcentaje de espacio destinado a la advertencia. Esto no es baladí ya que haría que la advertencia fuera sensiblemente mayor tanto en extensión como en tamaño de la letra. Desde sectores sanitarios, se interpreta que el margen debería ser exterior. Curiosamente, sin que nada lo obligue, algunas cajetillas incluyen mensajes como “Los menores no deben fumar”. La utilidad de este mensaje, no solo ha demostrado ser nula, sino que tiene un efecto contrario dado el carácter rebelde de los adolescentes y no pasa de ser una campaña de imagen para las tabaqueras. Si fuera útil, no duden que no aparecería en los paquetes.
El debate social que la medida ha suscitado, reflejado en una amplia cobertura en los medios de comunicación, es de por sí útil para alcanzar uno de los objetivos de los planes de control del tabaquismo, el conseguir una cada vez menor aceptación social del tabaco. Desgraciadamente, los medios de comunicación no siempre adoptan una postura en pro de la salud y recogen en gran medida opiniones que favorecen a la industria tabaquera, consciente de que cada vez tienen un futuro más incierto en su fabuloso negocio.
Coincidiendo con la fecha de entrada en vigor de las nuevas advertencias, la Comisión Europea ha adoptado una decisión sobre el uso de fotografías como advertencia sanitaria que combinará las actuales advertencias con ilustraciones gráficas . Esta medida, que no será obligatoria para los países miembros, se propone con vistas a sacar el mayor impacto visual conseguido ya con las nuevas advertencias. Para ello, la Unión Europea contará antes del 30 de septiembre de 2004 con una “fototeca” para que aquellos estados miembros que adopten la decisión puedan escoger las que mejor se adapten a su entorno.
Las advertencias con imágenes ya se emplean en países como Canadá y Brasil y la evaluación de su impacto ha resultado ser muy positiva. Los resultados de un estudio llevado a cabo en Canadá tras la introducción de las ilustraciones gráficas revelan que el aumento del tamaño y del contenido emocional de las advertencias mediante el uso de fotografías, (que de forma explícita muestran el resultado sobre la salud del uso del tabaco), se ha mostrado 60 veces más útil a la hora de animar al abandono o a prevenir el inicio del consumo.
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Advertencias sanitarias en Canadá
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Además de las nuevas advertencias, la Directiva 2001/377CE, cuya transposición es el RD 1079/2002, viene a poner orden en la tremenda mentira que supone los productos “light”. Esta norma recoge en sus considerandos que la utilización en las unidades de envasado de los productos del tabaco de términos tales como “bajo en alquitrán”, “ultraligero”, “ultralight”, “ligero”, “light”, “suave”, o de nombres, dibujos, imágenes u otros signos puede inducir al consumidor a la creencia errónea de que dichos productos son menos nocivos y dar origen a cambios en las pautas de consumo. Así, se prohíbe a partir del 30 de septiembre de 2003 la utilización en los envases de tabaco de textos, nombres marcas o imágenes que den la impresión que un determinado producto es menos perjudicial. Es decir esto afectaría a los productos comercializados bajo aquellas etiquetas de “light”, “mild” o bajo en nicotina y/o alquitrán.
La industria tabaquera ya ha reaccionado y como forma de contravenir la norma han lanzado propuestas “ingeniosas” como la inclusión de elementos publicitarios en el paquete que adecuadamente introducidos entre el envoltorio transparente y el paquete, ocultan la advertencia. Sin duda, los fabricantes de “pitilleras” van a hacer negocio, pero no deja de ser anecdótico.
Como siempre que una norma puede afectar s sus intereses económicos, la industria tabaquera busca estrategias que minimicen su impacto, utilizando nombres como “silver” o “white” o mediante el empleo de los colores claros que venía usando para identificar los que ellos comercializan como productos menos perjudiciales. En España ya ha anunciado que seguirá usando los colores claros, lo que contraviene sin duda lo dispuesto en el artículo 7 del RD 1079/2002, ya que supone el empleo de “signos que dan la impresión que un determinado producto del tabaco es menos nocivo que otros”. El tema tendrá que acabar en los tribunales. Alguna compañía ha lanzado propuestas “ingeniosas” como la inclusión de elementos publicitarios en el paquete que adecuadamente introducidos entre el envoltorio transparente y el paquete, ocultan la advertencia. Sin duda, los fabricantes de “pitilleras” van a hacer negocio, pero no deja de ser anecdótico.
A este efecto, la Cancer Research UK, una organización que lucha contra el cáncer en el Reino unido ha lanzado una campaña bajo el nombre de “Muerte re-empaquetada” para denunciar que los cigarrillos bajos en nicotina o alquitrán son tan dañinos como los cigarrillos regulares y que un bonito nombre o diseño, no implica que un producto sea menos mortal que otros (http://www.lowtarexposed.org/)
La norma recoge que cualquier advertencia deberá ir precedida (como ya se hacía antes) del texto “Las autoridades sanitarias advierten“. Este es un tema que al que suscribe siempre le ha parecido controvertido. De alguna manera se está exonerando de responsabilidad al fabricante del producto y descargándola en las autoridades sanitarias. De hecho, en el Informe de 1994 del Director General de Salud Pública de EEUU sobre la Prevención del Uso de Tabaco entre los Jóvenes, advertía que “la inclusión de advertencias sanitarias por mandato legal en los productos de tabaco desde 1965 ha tenido el efecto involuntario de blindar a los fabricantes del tabaco contra todos los pleitos por responsabilidad por la fabricación de sus productos” (1994 Surgeon General Report. Preventing tobacco use among young people, p. 261)
Me pregunto si no sería más oportuno que fuera la propia industria tabaquera, que lleva años lucrándose mediante la venta de un producto legal que produce enfermedad, discapacidad y muerte, la que efectuara esas advertencias. A lo mejor en un futuro sea así y quizás entonces algún fumador y los que aún no se han iniciado, se dieran cuenta del tremendo engaño al que se les somete por el fabricante, engaño que es posible les provoque una gradual pérdida de calidad de vida que al final les cueste la vida, tal y como reza una de las nuevas advertencias: “Fumar puede ser la causa d una muerte lenta y dolorosa”.
Firmado: Javier Toledo Pallarés
Servicio Aragonés de Salud