El consumo de drogas entre estudiantes de 14 a 18 años en España alcanza en 2025 los niveles más bajos desde que se tienen registros, según la última Encuesta ESTUDES presentada por el Ministerio de Sanidad. Los resultados reflejan una disminución generalizada en el uso de tabaco, cannabis, alcohol e hipnosedantes, junto con un aumento notable en la percepción de riesgo y en los intentos de abandono del consumo.
El tabaco registra su mínimo histórico: solo el 4,3% del alumnado fuma a diario y el 27,3% lo ha probado alguna vez, frente al 33,4% en 2023. Además, casi la mitad de quienes fuman (46,4%) ha intentado dejarlo en el último año. El cannabis sigue la misma tendencia: un 21% de estudiantes lo ha probado alguna vez, 5,9 puntos menos que en la edición anterior, marcando también su valor más bajo desde el inicio de la serie.
El consumo de alcohol, aunque continúa siendo el más extendido, muestra descensos significativos. Las prácticas de riesgo, como las borracheras (17,2%) o el consumo en atracón (24,7%), alcanzan sus cifras más reducidas desde el año 2000. Paralelamente, crece la conciencia sobre los efectos del abuso: el 67,6% percibe alto riesgo en beber en exceso los fines de semana. Con estos datos se puede afirmar que las generaciones que ahora están en secundaria consumen menos alcohol que la generación de sus padres en la misma edad, tanto en el consumo una vez en la vida, como en el consumo en el último mes, como también en las «borracheras» o «binge drinking».
También disminuye el uso de cigarrillos electrónicos, que han probado el 49,5% del alumnado, y aumenta la percepción de riesgo sobre ellos hasta el 57,3%, el valor más alto registrado. En esta categoría se observa una ligera diferencia de género: el consumo es algo mayor entre chicas (50,5%) que entre chicos (48,5%). En cambio, los hipnosedantes presentan una prevalencia más elevada entre chicas y su uso, aunque desciende por primera vez desde 2014, sigue concentrándose en edades mayores.
En conjunto, los resultados apuntan hacia una generación más consciente de los riesgos asociados al consumo de drogas y más predispuesta a reducirlo. La ministra de Sanidad, Mónica García, y la delegada del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, Francisca Sureda, destacaron que esta evolución positiva refuerza la eficacia de las estrategias preventivas y la importancia de seguir impulsando políticas adaptadas a la diversidad juvenil.



