La aplicación de la ley por la que se estableció la nueva campaña de advertencias sanitarias en las cajetillas de tabaco ha hecho pensar a la picaresca, que ya tiene una idea que podría anular el efecto pretendido por Sanidad. Los estancos cuentan desde hace algunos días con unas cajetillas de cartón, de un tamaño algo mayor que las de los cigarrillos, que cubren completamente el envoltorio original, y por tanto los polémicos mensajes. Este sistema supone un problema para las compañías, al perderse la visión de la marca comercial.
Las cajas antiesquelas pueden conseguirse en estancos o bazares, con un precio aproximado de 0,60 euros. Desde el primer día en el que se colocaron en el expositor han tenido una gran aceptación entre los fumadores. Los fabricantes de estas pitilleras de cartón responden así a las reiteradas protestas de los consumidores de tabaco por los mensajes que se ven desde hace algunas semanas y que son obligatorios desde el pasado miércoles.
Varios estanqueros de la ciudad comentan que el malestar por las esquelas es generalizado. Donde no disponen aún de las cajetillas que cubren estos lemas, se nota un aumento importante de la venta de pitilleras tradicionales, que estaban prácticamente desaparecidas pero que resurgen gracias a los lemas de Sanidad.
POSIBLE FRACASO DE LA CAMPAÑA
La efectividad del uso de lemas tan impactantes como «fumar puede matar» o «fumar provoca cáncer mortal de pulmón» es dudosa por el momento. Las ventas en los estancos gijoneses continúan al mismo ritmo que antes de las esquelas, cuando las advertencias de las autoridades sanitarias eran prácticamente inapreciables.
De hecho, los vendedores de tabaco apuntan que la campaña contra el tabaquismo ha generado mucha publicidad indirecta y ha logrado que las cajetillas sean más llamativas. Esto tiene como consecuencia que haya «personas que están intentando dejar de fumar y a las que ahora les resulta bastante más difícil que antes».
