Moda, actualidad, tendencias… pero no tabaco. 41 congresistas estadounidenses han pedido a las revistas femeninas que no incluyan publicidad de cigarrillos en sus páginas. Condé Nast, editora de publicaciones tan conocidas como Glamour o Vogue, parece no estar muy de acuerdo con la propuesta.
Tal y como explica un artículo aparecido en ‘The Wall Street Journal’, los legisladores, encabezados por la republicana Lois Capps, enviaron una carta a 11 revistas femeninas: Vogue, Cosmopolitan, Elle, Glamour, InStyle, Interview Magazine, Lucky, Marie Claire, Soap Opera Digest, Us Weekly y W.
«Sabemos que Vogue influye a millones de mujeres jóvenes y niñas menores de 18 años que suponen una parte muy importante de sus lectores», explica la misiva remitida a Anna Wintour, directora de la celebre publicación.
Los congresistas se muestran especialmente preocupados con la publicidad de Camel No. 9. Estos nuevos cigarrillos, comercializados por RJ Reynolds, se venden en cajetillas negras con un reborde rosa y verde y cada pitillo tiene grabado un camello en fucsia. Su eslogan: «Light and Lucious» (‘Light y exquisisto’).
«R.J. Reynolds está centrándose con mucha fuerza en las principales revistas femeninas, incluida la suya, para comercializar agresivamente su producto mortal entre las mujeres jóvenes, incluidas las adolescentes», afirma la carta.
Aunque la compañía fabricante de Camel No. 9 niega que su producto se dirija a menores de edad, los congresistas opinan todo lo contrario: «Cerca de 1.000 de sus usuarios mueren cada día por una enfermedad relacionada con el tabaco. Las compañías tabaqueras conocían bien su demografía cuando calificaron a los adolescentes de ‘fumadores sustitutos’ en sus documentos internos».
¿Consejos saludables y anuncios tabaqueros?
Según estos miembros del Congreso, es irónico que las publicaciones incluyan información de salud junto con publicidad de tabaco. «El servicio público que presta su revista al ofrecer información importante sobre la salud de las mujeres se niega cuando, una páginas más allá, una lectora encuentra un anuncio de una marca de cigarrillos comercializada sólo para mujeres».
El texto también ofrece algunos datos sobre el daño que causa el tabaco en la población femenina: «Las consecuencias de salud pública que tiene el hábito de fumar no tienen estilo ni glamour». De hecho, 54.000 mujeres mueren cada año por un cáncer propiciado por el tabaco y 178.000 fallecen por otras enfermedades asociadas a este mismo consumo.
Los políticos también inciden en el impacto del pitillo durante el embarazo (más riesgo de infertilidad, parto prematuro, bajo peso, muerte súbita…). «Y la estadística más asombrosa de todas es que uno de cada tres adolescentes fumadoras morirá prematuramente por un trastorno relacionado con el tabaco», añaden.