La investigación, que aparecerá en el número de noviembre de la publicación «Alcoholismo: Investigación clínica y experimental» y que ha sido realizada a partir de 12.037 entrevistas a adultos en la Comunidad de Madrid, constata que consumir fundamentalmente bebidas alcohólicas de alta graduación influye a la hora de tener malos hábitos alimenticios.
Uno de los autores, el investigador de la Universidad Autónoma de Madrid José Lorenzo Valencia, asegura en un avance del estudio, que el consumo de grandes cantidades de alcohol dificulta una dieta saludable y da lugar a efectos adversos en el metabolismo, que a su vez se suman a los provocados por el consumo de esta sustancia.
Valencia subraya que el exceso de alcohol contribuye indirectamente a la aparición de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes mellitus e incluso el cáncer.
Otro de los autores Miguel Ángel Martínez, director del Departamento Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, afirma que aquellos que beben más alcohol por lo general también descuidan su alimentación.
Valencia sostiene que si bien el consumo de bebidas alcohólicas durante las comidas tradicionalmente se ha considerado como una conducta saludable, el estudio muestra que hay que advertir a la población de que si se bebe excesivamente es más difícil seguir una dieta saludable y puede conducir a una ingesta excesiva de proteínas de origen animal.
«El principal hallazgo de este estudio es que pone de relieve el efecto dañino de las borracheras sobre los hábitos alimenticios saludables», según Martínez, quien destaca el cambio de patrón que se está produciendo en España respecto al consumo de alcohol.
En este sentido, explica que si bien ante se consumía alcohol moderadamente durante las comidas, sobre todo vino tinto, ahora se está pasando, en especial entre los jóvenes, a ingerir grandes cantidades de bebida con alta graduación.
