Hace no mucho se pensaba que la única forma de combatir el consumo de drogas era a través de las sanciones penales y el rechazo social. Sin embargo, varios expertos en el tema se han dado cuenta de que una de las formas de encarar este flagelo es a través de la atención básica en salud y el acceso a información. Incluso, una ley de la república califica la drogadicción como una enfermedad y un asunto de salud pública.
En Colombia desde hace cinco años la Corporación Acción Técnica Social (ATS), en cabeza de Julián Quintero, viene de desarrollando varios programas para afrontar este fenómeno. Lejos de juzgar a estas personas u obligarlas a que dejen de drogarse, lo que busca esta ONG es cambiar la forma de consumir. «Lo ideal sería que no consumieran -dice Quintero- pero hay personas que no pretenden dejar de hacerlo. Lo que queremos lograr que esta población pueda tener calidad de vida, y reducir el número de muertes y enfermedades que puedan contraer».
Entre esos proyectos está ‘Cambie’, un programa que va dirigido específicamente a las personas que consumen drogas por vía intravenosa. Esta campaña ha logrado atender a 2.000 personas de los 15.000 consumidores que hay en el país y de las cuales el 95 por ciento se inyecta heroína.