La prevención del consumo problemático de alcohol es fundamental y puede llevarse a cabo a través de distintas estrategias, algunas de ellas son:
1. Educación y concienciación: Promover la educación sobre los riesgos del consumo excesivo de alcohol, los efectos en la salud, y las consecuencias sociales y personales.
2. Restricciones de edad: Implementar y hacer cumplir leyes que establezcan una edad mínima legal para el consumo de alcohol, con el fin de proteger a los jóvenes.
3. Regulación del acceso: Controlar la disponibilidad y el acceso al alcohol a través de regulaciones sobre horarios de venta, ubicación de establecimientos y restricciones publicitarias.
Estas estrategias, combinadas con un enfoque integral que aborde factores individuales, familiares, sociales y ambientales, pueden contribuir a la prevención del consumo problemático de alcohol y sus consecuencias negativas.