
A ver si me podéis echar una mano porfi.
Mi tipo de consumo con la cocaina es esporádico y en ámbito nocturno, el caso es que ni eso quiero, le he cogido una manía horrible a esos polvos, que me tienen una noche como loca y luego en el limbo dos semanas, mi cuerpo y mi mente tardan mucho en recuperarse de cada desfase.
Hace más de dos meses me metí mi última fiesta y dije: nunca más.
El consumo esporádico es letal (para mí) porque coges el asunto con tantas ansias que es casi peor.
Tengo a favor mi pareja que detesta las drogas (ya van 5 años aguantándome), mi entorno de trabajo que es saludable 100% y que hago deporte.
Tiré el móvil a la basura para no tener noticias de proveedores.
Yo me siento fuerte, porque últimamente he atravesado bastantes problemas que me chamuscan el cerebro y nada, lo último que me apetece es drogarme. Paso muchos findes sola y llevo una rutina buenísima, disfruto un montón del día, que lleguen las 12 de la noche y se me cierren los ojitos solos... Un montón de pequeños detalles que empiezo a disfrutar.
Tengo muy presentes los malos momentos y sentir que mi cabeza a estas horas está en su sitio y que luego saldré al cine, a hacer algunas compras y demás... me dan la vida.
¿Problema?
El día 24 se hace una super-fiesta de navidad: vino, champagne, cócteles... Nunca he tenido problemas con el alcohol, de hecho no me gusta, pero es tomar una gota y se me enciende la alarma.
Se que es tan fácil como no beber una gota, pero según avance la noche y el achispamiento del personal... Bua, que me entra el miedo...
Y claro, ya no solo es nochevieja, súmale cena de nochevieja y de reyes...
¿Alguien más con repelujo a las fiestas navideñas?
Un abrazo!