Este estudio comparativo de los CSC de tres países clave ha contribuido a la comprensión del modelo, que en cierta medida ha sido moldeado por los esfuerzos de autorregulación de los involucrados en el terreno.
Un artículo publicado recientemente en International Journal of Drug Policy describe la implementación de un servicio de análisis de sustancias en el Boom Festival 2016 en Portugal y explora el impacto de este servicio en las intenciones de comportamiento de sus usuarios.
El propósito de este estudio fue cuantificar la prevalencia de factores de riesgo asociados con la mortalidad por síndrome respiratorio agudo severo (COVID-19) para las personas que han tenido una sobredosis no mortal.
Entre los resultados más destacados del estudio se encuentra que los jóvenes que presentaron depresión el año anterior tenían más del doble de probabilidades de informar sobre el uso de cannabis que aquellos sin depresión
El 80 % de las muestras fueron Cocaína (43,8%), MDMA (17,4) y anfetamina (17,1%). Y un 4% fueron presentadas como desconocidas por las personas usuarias del servicio.