Es divertido, permite pasar un rato con los amigos y parece menos peligroso para la salud que los cigarrillos. La cachimba (o narguile) se ha convertido en la nueva forma de fumar de los jóvenes occidentales, según reflejan los últimos datos de un estudio canadiense que acaba de publicar la revista «Pediatrics»: Uno de cada cuatro lo había probado en los últimos 12 meses.
Las pipas de agua (también llamadas por sus nombres de origen árabe, hookah o sisha) permiten fumar tabaco aromático a través de un filtro de agua y una o varias boquillas, lo que lo convierte en una especie de acto social. Sin embargo, y al contrario de los que muchos usuarios, puedan pensar, su uso puede ser incluso más dañino para los pulmones que los cigarros tradicionales.
Aunque se trata de un producto de origen árabe, su uso se está extendiendo entre los jóvenes occidentales, que no perciben esta sensación de peligro, como advierten en su análisis Jennifer OLoughlin y su equipo, de la universidad canadiense de Montreal.
Según su encuesta, realizada a 871 jóvenes de 18 a 24 años, el 23% de ellos había fumado en cachimba en los últimos 12 meses y un 5% había repetido esta práctica más de una vez en el último mes. Su popularidad se debe, advierte O»Loughlin, a que los jóvenes tienen una falsa percepción de seguridad; pese a que el tabaco de las pipas de agua tiene mayores niveles de alquitrán, metales pesados, monóxido de carbono y otros carcinógenos que el tabaco tradicional.
Su análisis también indica que el narguile está más extendido entre jóvenes varones, de raza blanca, que se han independizado ya de sus padres y tienen mayor independencia económica. Además, fumar en pipa de agua se asoció con un mayor consumo de cigarrillos, alcohol y otras drogas ilegales.
«A medida que el consumo de tabaco desciende en Norte América, las pipas de agua están creciendo en popularidad», advierte el estudio. Probablemente su accesibilidad, la posibilidad de compartirla con otros «colegas» en un entorno distendido, su sabor afrutado y más agradable que el tabaco o la falta de mensajes de advertencia sobre sus riesgos sean los factores que podrían explicarlo.
Por eso, subraya que las autoridades sanitarias deberían insistir más en que el narguile es tan tóxico como el tabaco y su consumo se ha relacionado con infartos de corazón, cáncer de pulmón, infecciones y complicaciones en el embarazo.
