La directora del Albergue de Valencia San Juan de Dios (SJD), Luisa Pérez, junto a la psicóloga Castora Silva, y el coordinador de voluntariado, Chema Montserrat, presentaron hoy en rueda de prensa la memoria 2008 de este centro por donde, según dijeron, pasaron a lo largo del año pasado unas 500.000 personas.
Según este informe, la mayoría de personas que asistieron al centro a buscar ayuda eran hombre de origen español de entre 35 y 45 años, separados, solteros o viudos y con problemas de alcoholismo, juego y/o salud mental.
Sin embargo, los datos más concluyentes y alarmantes se refieren a la tendencia cada vez mayor hacia la ludopatía y el alcoholismo a edades tempranas debido, al parecer, a la crisis económica.
Los expertos buscan la justificación de este fenómeno en el hecho de que cada vez es más difícil para los jóvenes acceder a su primer empleo y cada vez hay, en general, más paro.
Los parados disponen más tiempo de ocio y, por lo tanto, más tiempo para beber, lo que puede desembocar en una adicción.
El paro, unido al hecho de que los bancos tienden ha aumentar sus exigencias a la hora de conceder créditos, empuja a cada vez más personas en situación de precariedad a intentar obtener ingresos a través del juego y las apuestas.
Luisa Pérez, directora del SJD, da una razón más por la que cada vez resulta menos extraño ver a jóvenes que acuden al Albergue en busca de ayuda: «las nuevas estructuras familiares no ofrecen el apoyo necesario» ni a los jóvenes ni, al parecer, a los ancianos.
La directora del centro señalaba que, además, la duración de la estancia de estas personas en el albergue se ha prolongado en comparación a años pasados. La situación de “desemaparo” resulta cada vez más difícil de superar, añadió.
