Rusia gasta más del 1% de su PIB en la asistencia médica a los fumadores, lo cual equivale al quíntuple de la suma ingresada por la venta del tabaco, afirmó el diputado ruso Nikolai Guerasimenko, subjefe del comité parlamentario de Salud Pública, en una entrevista concedida el pasado fin de semana a la emisora Vesti-FM.
Los niños en Rusia se inician en el tabaquismo a la edad de ocho años, según Guerasimenko. Una de cada dos embarazadas fuma. El consumo del tabaco en el país se ha duplicado en los últimos diez años. También ha crecido dos veces, de 230 a 450 mil, el número de las muertes por tabaquismo.
En 2007, Rusia gastó más de 960 mil millones de rublos en diversos programas de sanidad, o sea, alrededor de US$40.678 millones al tipo de cambio actual. La estrategia a largo plazo prevé que las asignaciones anuales a este renglón se van a situar en el 6,5-7,0% del PIB hasta el año 2020, frente al 4,4% en el año pasado.
El diputado piensa que el incremento de la accisa sobre el tabaco es la medida más eficiente para reducir su consumo. Un 8% de los fumadores dejan este hábito cuando la accisa sube en diez puntos, según demuestra la experiencia de otros países.
El pasado sábado, Rusia se adhirió al Convenio marco de la OMS para el control del tabaco, documento que apunta a la introducción de diversos programas nacionales y al fomento de la cooperación internacional en la lucha contra el tabaquismo.
