Los expertos ya lo sabían, pero un trabajo ha venido a confirmar la idea de que los aparatos que se venden para purificar el aire, no sirven para neutralizar los agentes tóxicos del cigarrillo que quedan suspendidos en él al fumar.
Este argumento ha sido defendido por la industria tabaquera durante años para sortear los escollos de las leyes antitabaco, cada vez más restrictivas. El argumento no es otro que, dado que existe la posibilidad de eliminar estos agentes nocivos de la atmósfera, la separación física de las zonas de fumadores y no fumadores no es tan importante. Asimismo, tampoco tendría sentido prohibir fumar en los locales.
Sin embargo, la revista ‘IAQ Applications’, una publicación dependiente de la Sociedad Americana de Calefacción, Refrigeración e Ingeniería del Aire Acondicionado, se hace eco de unos datos que corroboran lo contrario. Los autores midieron la calidad del aire y las concentraciones de elementos procedentes del tabaco en dos locales canadienses antes y después de que entrase en vigor la normativa que obligaba a separar las zonas con y sin humo, y las compararon con las que había en un tercero en el que no se fumaba en ninguna parte.
PROHIBICIÓN
«Estar en una sección de no fumadores no implica una exposición menor a los contaminantes del humo, incluso en los establecimientos que cuentan con estos sofisticados y caros sistemas de ventilación», afirma James Rapace, director del estudio.
«La prohibición de fumar sigue siendo la única opción viable para proteger a los no fumadores», apunta el investigador, que añade que «estos sistemas ofrecen una falsa sensación de seguridad; se cree estar respirando un aire limpio pero los tóxicos siguen ahí». Rodrigo Córdoba, presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) aclara que «para purificar el ambiente por completo habría que disponer de unos filtros tan caros que ningún local podría pagarlos. Además, la velocidad de intercambio del aire sería similar a la de un tornado o un huracán; lógicamente imposible».
Desde esta institución insisten en que los tabiques del suelo al techo con cierres herméticos son los únicos que garantizan que los contaminantes no afecten a los no fumadores. Por otro lado, el CNPT se ha mostrado decepcionado con la decisión de ‘flexibilizar’ la ley antitabaco en la Comunidad de Madrid, una provincia en la que ya se acumulaban buena parte de los incumplimientos de la norma.
En el resto de Europa, donde no se ha montado tanto revuelo por esta legislación, la tendencia es a ser todavía más restrictivos que en España.
