Así lo puso de manifiesto Moya durante la inauguración del seminario internacional que se celebra en Toledo para analizar los veinte años de vigencia del Plan Nacional de Drogas.
Destacó los cambios que se han dado en España respecto al perfil del nuevo drogodependiente, que es más joven, que consume, preferentemente, los fines de semana cocaína, cannabis y drogas sintéticas combinadas con alcohol, dijo.
En este sentido, Moya recordó que el informe del Observatorio Europeo de Drogas que se dio a conocer el pasado 24 de noviembre, pone de relieve que España es junto a Gran Bretaña el país de la UE donde más ha aumentado el consumo de cocaína.
Pero, advirtió, «no podemos olvidar también que ha aumentado el consumo de cannabis y de alcohol y que en este tipo de sustancias tenemos cifras importantes entre los jóvenes, el sector de población que más nos preocupa», dijo la delegada del Plan Nacional de Drogas.
Para tratar de frenar estas tendencias -agregó Moya- la Delegación del Plan de Nacional de Drogas, conjuntamente con las comunidades autónomas, ha establecido este año un plan de acción en el que se están reforzando seis líneas de actuación y 68 objetivos para cumplir hasta el 2008.
La prioridad es la prevención y sensibilización social de los riesgos de las drogas, que «ha bajado mucho respecto a años atrás», dijo Carmen Moya, quien se refirió a la falsa creencia que tienen los jóvenes de que «es fácil tomar drogas sin que tengan consecuencias nefastas para la salud», lo que consideró «un grave error».
Pero, la pérdida de este miedo no sólo se da entre los jóvenes, sino, también, está en toda la sociedad y «la percepción social de que no pasa nada es un error, porque hay una vulnerabilidad genética que es desconocida y que puede jugar trágicas consecuencias».
