«No montes ese caballo. Va a pasar de la verdad. Mira que su nombre es muerte. Y que te enganchará». Miguel Ríos cantaba esta advertencia a principios de los 80, una década en la que la heroína segó la vida de miles de jóvenes, la llamada ‘generación perdida’. Muchos jóvenes cayeron en las garras de las drogas y con su enfermedad no solo ellos fueron presas, también sus familias y una sociedad que poco a poco se rodeó de delincuencia e inseguridad ciudadana y finalmente derivó en la aparición del VIH.
La situación hoy en día es muy diferente. La falta de información de aquella época ahora se ha cubierto por todas las vertientes posibles y aunque con distancia, la sociedad sigue en alerta ante esta droga que quizás sea la que mayores estigmas presente. De ahí que una noticia como la que conocimos en estos últimos días haya generado tanto revuelo.



