Aunque los nuevos dispositivos de tabaco y nicotina se promueven como de menor riesgo respecto al tabaco convencional, especialistas reunidos en la Conferencia de las Partes para el Control del Tabaco (COP11) aseguran que no son libres de riesgo, por lo que los países deben regularlos con base en la evidencia y el principio de precaución.
Del 17 al 22 de noviembre, la COP11 reunió a 1400 delegados de 183 países, activistas y representantes de la sociedad civil para discutir y evaluar los avances que han hecho los Estados que forman parte del Convenio Marco sobre el Control del Tabaco de la Organización Mundial de la Salud (FCTC).
El Convenio es un tratado de salud pública creado hace 20 años con el objetivo de guiar a los países en la reducción del consumo del tabaco a través de medidas como el aumento de impuestos; la promoción de espacios libres de humo; o la prohibición de publicidad, promoción y patrocinio por parte de las tabacaleras.



