Un nuevo estudio ha demostrado que determinados tipos de fibra dietética tienen la capacidad de modificar la microbiota intestinal de manera específica, y, como consecuencia, reducir de manera notable el consumo voluntario de alcohol. El hallazgo abre la puerta al diseño de nuevas estrategias nutricionales para prevenir o modular conductas relacionadas con el consumo de alcohol.
La investigación, llevada a cabo en ratas Wistar, evaluó seis dietas diferentes: una dieta estándar y cinco dietas enriquecidas con diversas fibras, como celulosa, pectina, almidón resistente, goma guar e inulina. Tras el periodo de intervención dietética, los animales tuvieron acceso libre al alcohol según un protocolo estandarizado de consumo. Además, se analizó la composición de la microbiota intestinal mediante secuenciación 16S en tres momentos clave: al final de la intervención dietética, después del consumo voluntario de alcohol y tras una fase de intoxicaciones repetidas.



