Investigadores de la Universidad de Illinois de Chicago (Estados Unidos) han descubierto que una proteína que se encuentra en el cerebro, denominada CREB, está genéticamente vinculada al alcoholismo y la ansiedad, según publica el Journal of Clinical Investigation.
Para llegar a esta conclusión, los científicos estudiaron animales de laboratorio selectivamente criados para tener una alta preferencia al alcohol (ratas P), que además tenían altos niveles de ansiedad y consumían mayores cantidades de alcohol que los animales que no preferían el alcohol (ratas NP).
Los investigadores se centraron en una proteína denominada CREB que según se piensa participa en una variedad de funciones cerebrales, de forma que cuando se activa, regula la producción de otra proteína del cerebro llamada neuropéptido Y. Posteriormente, los científicos descubrieron que las ratas P tenían menores niveles de CREB y neuropéptido Y en ciertas regiones de la amígdala central asociada con la emoción, el miedo y la ansiedad, que las ratas NP.
Según Subhash Pandey, autor principal del estudio, esta es la primera evidencia directa de que una deficiencia hereditaria de la proteína CREB en la amígdala central está asociada con conductas de elevado consumo de alcohol y ansiedad. Así, en las ratas P, pero no en las NP, se mostró que el alcohol redujo la ansiedad y aumentó los niveles de CREB activa y neuropéptido Y en la amígdala central.
La preferencia de las ratas P por el alcohol sugirió que utilizaban el alcohol para disminuir su ansiedad. Los científicos mostraron que si utilizaban un componente químico para estimular la actividad de CREB y los niveles de neuropéptido Y en la amígdala central, podrían disminuir la ansiedad y el consumo de alcohol en las ratas P. A la inversa, el bloqueo químico de CREB y la acción del neuropéptido Y en las ratas NP provocó conductas similares a la ansiedad y aumentó su consumo de alcohol.
Según Pandey, los niveles elevados de ansiedad por motivos genéticos son importantes para promover el consumo más alto de alcohol en humanos. El beber sería así una manera para estos individuos de automedicarse. De hecho, los descubrimientos implican un déficit de la actividad de CREB en la amígdala central en aquellos que están genéticamente predispuestos a la ansiedad y al consumo de alcohol, según Pandey.