La Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, FAD, ha realizado dos investigaciones: ‘Consumo de sustancias y relaciones sexuales juveniles’ y ‘Drogas y Sexo’, de las que extrae que hasta un 70% de los jóvenes asegura que ha mantenido relaciones sexuales tras consumir alcohol, aunque la mayoría piensa que no compensa.
El estudio también analiza otras sustancias. Un 28’6% también afirma haber consumido otras sustancias como cannabis, cocaína, MDMA o Popper antes de mantener relaciones sexuales.
Muchos jóvenes consideran el alcohol importante en sus salidas nocturnas, aunque solo una minoría usa otras drogas. Sin embargo, el consumo no siempre es satisfactorio: casi la mitad piensa que afecta negativamente sus relaciones sexuales, y una quinta parte se arrepiente de haber tenido sexo bajo los efectos de sustancias, por motivos como no recordar bien, sentir presión o no querer hacerlo. Además, quienes consumen más frecuentemente drogas diferentes al alcohol enfrentan mayores riesgos, como embarazos no deseados y ITS, en comparación con la media de jóvenes. A pesar de estos riesgos, muchos creen que sus relaciones no implican peligro de ITS o embarazo. También hay una tensión entre lo que dicen y lo que hacen: aunque la mayoría afirma que no tendrían relaciones con alguien que ha consumido, los chicos admiten en algunos casos aprovecharse de esas situaciones más que las chicas.
Desde un enfoque cualitativo, las mujeres tienden a preocuparse más por situaciones de abuso o vulneración de límites, especialmente cuando hay sustancias involucradas, mientras que los hombres ven el consentimiento como un proceso de prueba y error que rara vez tiene consecuencias para ellos. Estos hallazgos provienen de estudios realizados por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud en colaboración con otras instituciones, que combinan encuestas nacionales y grupos de discusión en Madrid.
El estudio revela que, aunque el 84,4% de los jóvenes están satisfechos con sus relaciones sexuales, muchas prácticas se realizan sin protección adecuada. La mitad no usa anticonceptivos de forma constante, confiando en la pareja o buscando mayor disfrute. Esto ha llevado a que un 19,8% haya vivido al menos un embarazo no deseado, y las cifras aumentan entre quienes consumen alcohol o drogas antes del sexo, llegando a un 33,3% en el caso de otras drogas. También hay un aumento en infecciones de transmisión sexual en quienes consumen sustancias durante el sexo, con porcentajes mucho más altos que en la población general. Sin embargo, muchos jóvenes no perciben estos riesgos como peligros reales: el 73,8% no cree que sus relaciones tengan riesgo de ITS, y el 67,9% no piensa que exista un alto riesgo de embarazo no deseado. A pesar de esto, las chicas muestran mayor conciencia y preocupación por las posibles consecuencias físicas y emocionales de estas prácticas.